lunes, 22 de febrero de 2010

En la Argentina vivimos como en Francia

EN LA ARGENTINA, VIVIMOS COMO EN FRANCIA
...pero en Francia de la Edad Media

En numerosas investigaciones realizadas acerca del reino de Francia, de
los siglos XII y XIII (doce y trece) -época de grandes construcciones
fastuosas para los nobles y clérigos, y de extrema pobreza de gran parte de
la población- destacan el origen complejo de las “infecciones”, de las
“aguas negras” que ensucian y saturan las calles contaminan la atmósfera y
el subsuelo, deterioran la calidad del agua necesaria para el uso doméstico
e industrial.
Muchas de nuestras costumbres actuales ya eran algo “normal” allá en el
Norte hace siete siglos, y llegamos a una situación gravísima en el 2004
y aquí en el Sur.

1. Contaminación orgánica humana
El principal generador de contaminación urbana, somos nosotros, los
seres humanos. Producimos una sobrecarga de residuos orgánicos proveniente
de nuestras “necesidades” (palabra usada en el medioevo) biológicas y
alimentarias.
Hagamos un cálculo aproximado de nuestra producción diaria. Si una persona
normal produce por día, un promedio de 140 a 150 gramos de materia fecal
(caca), y casi 1 litro y medio de orina (pis), en un barrio con 300
personas, pensemos esta semana en Roca Negra . Algo así como 45 kg. y 450
litros diarios, en cuatro días.... A esto sumemos las deyecciones de los
perros, gatos, restos orgánicos y cada uno se dará una idea aproximada del
problema.
En Francia y en aquella época , surgieron los lugares “privados” -o sea
una casilla con una tabla con un agujero grande- concentrados cerca de un
arroyo. Todo iba a parar a esos cursos de agua y muchos de ellos
recibieron nombres que hacen recordar a los lugares nauseabundos y fangosos
, por la presencia de inmundicia. (¿Qué si no puede ser Merderon,
Merderel, Merderet, o “calles de las Necesidades”) ?



2. La contaminación animal
Los habitantes del reino galo compartían el espacio con los cerdos, aves de
corral, vacas...El perro ya era animal de compañía, pero había jaurías de
perros abandonados , que eran una plaga. Los carniceros tiraban al arroyo,
al río, o a la calle directamente, las tripas y carne podrida, lo que
atraían insectos, ratas y era un criadero de gusanos. Proliferaban las
ratas negras, ratones, chinches, pulgas, piojos, mosquitos e insectos
transmisores de enfermedades de la piel... y de la peste; y millones,
millones de parásitos que habitan en la tierra, en el agua y que de allí
se van a vivir a los intestinos de los seres animales y humanos.

3. Contaminación química
También existía en el Norte y hace siete siglos...no solo en nuestras
ciudades, valles y ríos de la era industrial, la contaminación química.
Todos los desechos de las curtiembres, de las graseras, de los talleres de
cerámica, de teñidos, de fabricación de papel, de vino, etc., todo iba a
parar a los arroyos, al río. Y esta contaminación es más lenta, menos
espectacular que una fiebre, vómitos y diarrea provocados por la
contaminación biológica, pero enferma y mata lentamente con sus metales
pesados (saturnismo por el plomo, cáncer, leucemia, deformaciones en los
recién nacidos, etc.).

¿Lanús, la provincia de Buenos Aires, la República Argentina, Sudamérica
, responden a la descripción de las ciudades del reino de Francia en la
Edad Media?
Desde mi punto de vista nada ha cambiado. Todo sigue igual o peor. Las
medidas aplicadas en los países industrializados no sirvieron . Ahora no
saben a qué lugar del planeta -y del espacio- depositar sus desechos
biológicos y químicos, mientras aquí estamos tapados por millones de
microorganismos patógenos. SI, hay MÁS PARÁSITOS QUE SERES HUMANOS (en
sentido estricto) y amenazan con contaminar más con desechos químicos y
atómicos, ya sea mediante “exportación”, “canje de deuda por daño al
ambiente”, o con “trabajo” .


Ante esta realidad en este enero de 2004, con la experiencia colectiva que
estamos adquiriendo, con sus avances y retrocesos, si nos atrevemos a
“seguir rompiendo los cajones del cerebro”, y pensamos en la SALUD
COLECTIVA, podremos cambiar el sistema de sumisión y opresión en que
estamos viviendo.
Sabemos que hay muchos intereses políticos y económicos de los diferentes
grupos de poder, que no permiten que el conocimiento científico, gratis y
beneficioso para todos, salga de los claustros universitarios y se divulgue.
Los medios de comunicación contribuyen a que continúe de esa manera.
Me pregunto porqué no crear TRABAJO SALUDABLE y exigir AGUA POTABLE
LIBRE Y GRATUITA PARA TODOS. Es mucho más barato y beneficioso.
Pero, aquí se presentan algunas dificultades, ya que deberemos:
-seguir modificando costumbres arraigadas por la era del colonialismo, del
consumismo;
- tomar consciencia de que somos parte del organismo vivo, que es el planeta
Tierra; y
-dejar de ser funcionales al sistema , aprendiendo a cuidar animales y
plantas que hasta ahora se han considerado feos, sucios, malos, nefastos,
inútiles, de mal agüero, o cualquier otro motivo porque “alguien que sabe
nos dijo” y además “ siempre fue así” .

Hay muchas soluciones al alcance de nuestras manos. Aquí presento algunas
de ellas:

1_ Lavarse las manos y las uñas antes y después de ir al baño, antes de
preparar los alimentos, antes de comer.

2.- No andar con los pies descalzos para evitar que los parásitos entren
por la planta de los pies

3.- Desparasitar a nuestro perro, a nuestro gato, o no los queremos?

4.- Respetar los ciclos naturales observando las características de la zona.
No es lo mismo vivir en Lanús o en Neuquén (Argentina) que en Cochabamba
(Bolivia)

5.- Cuando se exija algo, estar bien informado y ver a qué intereses
responden. Por ejemplo: el arroyo, hasta hace unos 30 años era un lugar de
recreación, fuente de aire y agua limpios, de alimento (peces, berro), ahora
en su mayoría están muertos o en agonía. Si pedimos el perfilado, el dragado
lo estamos matando. Pedimos asfalto y se provocan inundaciones, los grupos
económicos siguen haciendo fortunas y los funcionarios de turno
participando de la “mordida”.

6.- Trabajar sin hacer canje con la muerte.

Hay más y diferentes soluciones, por cierto, será cuestión de seguir
buscándolas juntos, ayudándonos y potenciando nuestros esfuerzos, sin
esperar soluciones mágicas, ni apoyándonos en uno/a compañero/a o en una
reducida cantidad de ello/as. Solo así podremos salir de esta Francia
medioeval en que estamos viviendo en este lugar del planeta en enero de 2004.

Escrito por Alicia Zárate para Enero Autónomo en Roca Negra, enero de 2004,
después de haber quedado impresionada por la lectura del libro “La Pollution
au Moyen Age”de Jean-Pierre Leguay, Editions Gisserot, octubre de 1999. Francia

Para ilusionarme elijo un mundo más justo, no una miseria más chica. GM