domingo, 2 de agosto de 2009

QUEREMOS LA HUERTA

Aún no puedo creer lo ocurrido. Considerar indeseables y peligrosos a quienes cultivan una huerta que era un paraíso en medio de esta megalópolis de malos ayres. Nunca pensé que los zapallitos, las caléndulas, los vegetales fueran terroristas. surrealista.y con mucho dolor por ver hechos picadillo los frutales, las aromáticas, las flores...qu alicia

¡¡¡QUEREMOS LA HUERTA!!!

Los Hechos

Con un carro de asalto, dos topadoras, 2 camiones y una ambulancia, a las 4 de la madrugada del lunes 18 de mayo, un operativo conjunto de 40 uniformados (integrados por la UCEP -patota de Macri-, Policía Federal, Guardia de Infantería y Policía Ferroviaria) procedieron a desalojarnos, arrasando con los siete años de trabajo comunitario de la “Huerta Orgázmika”. En el operativo participó también el empleado director del CGP 6, Marcelo Iambrich.

Para los robos a mano armada y combatir la inseguridad ciudadana Macri dice que le “falta policía”. Plantar plantas, se ve que es un delito mayor.

La Huerta abarcaba un terreno de 10 mts x 50 mts que era un baldío hasta el año 2002. Desde ese momento y gracias a nuestro esfuerzo, se convirtió en un vergel con más de 100 especies vegetales diferentes. Además de aportar aire puro y naturaleza a un barrio atestado de smog y edificios, siempre compartimos alimentos con todos; cursos de plantas para la salud y educación para el cultivo de la tierra, además de cine, yoga, etc. Mientras hay personas sin techo pasando hambre y frìo, miles de metros de tierra fértil permanecen ociosos; y a quienes proponemos aportar para resolver esta contradicción, nos tratan como delincuentes.

Nuestra historia

En octubre de 2007 la Justicia sentenció a nuestro favor. El Juzgado Correccional Nº 5 resolvió el archivo de la causa por “inexistencia del delito de usurpación”. Macri nos echó desobedeciendo este fallo y sin orden judicial . Las tierras pertenecen a la Nación; no pertenecen a la Ciudad. Doblemente ilegal, como proceden los dictadores. Con la única razón que los avala, que es la de la violencia; violencia que no se emplea ni para tratar a los perros.

¿Será así como pretenden “educarnos” a los jóvenes?

¿Será de éste “diálogo”, “consenso” y “participación” de lo que tanto hablan Macri y el director del CGP Nº 6 Marcelo Iambrich?

Ante la ley algunos parecen “más iguales que otros”

Nicolás Caputo –amigo de Mauricio- ocupó 5.000 m2 de tierras públicas en la ex Morixe para construir su “show-room” (salón de ventas de inmuebles). El escándalo público lo obligó a demolerlo, pero las tierras aún no las devolvió y utiliza dicho espacio como playa de estacionamiento en usufructo privado, a pesar de que la Justicia lo conminó a reintegrarlas hace más de un año. ¿Por qué en este caso la Justicia y la Policía no actuaron ni actúan con la misma celeridad y fuerza que procedió para desalojar la Huerta Orgazmika, haciendo cumplir la orden judicial que ya existe?

A pocos metros, la Iglesia que encubre al padre Grassi, se apropió de otros 5.000 m2 de tierra pública. Los cercó con alambre de púas y postes de hormigón, desoyendo las 12.000 firmas que los vecinos entregamos en la Legislatura y en el Congreso de la Nación el año pasado, pidiendo que sean tierras usadas como Parque de uso público. ¿Por qué razón ningún funcionario se hizo eco de esta arbitrariedad a pesar de habernos reunido durante 3 meses con el gobierno de la Ciudad?

¿Quién decide los desalojos? ¿Con qué criterio se admiten algunas ocupaciones y otras no?

Conclusiones

Las familias carecientes que estaban bajo techos de chapa o bajo el puente, en las tierras detrás del Club Ferrocarril Oeste y fueron desalojadas el 15 de mayo; ¿dónde dormirán estas noches frías? ¿sus hijos tendrán vacante en alguna escuela?

¿El Instituto de la Vivienda de la Ciudad, habrá tenido a estas familias incluidas en algún plan social?

Demasiada coherencia en un año y medio de “gestión”.

El ultraje a nuestra experiencia es una afrenta a todos los que queremos una sociedad más humana. La Huerta debe ser devuelta a la comunidad, porque el ataque a ella es una bofetada a la solidaridad, al trabajo comunitario, a la defensa del medio ambiente. Es un insulto a los ideales de autogestión, de integración de la juventud, de los excluidos, de los que pasan hambre en un país extenso, privilegiado, y rico por naturaleza.

Por eso invitamos a todos a reclamar por la restitución de la Huerta Orgazmika.

La indiferencia sólo sirve para que unos vivos sigan “Haciendo Buenos Aires S.A.”

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HUERTA ORGAZMIKA
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